Hay creadores que no formulan perfumes: hacen constelaciones íntimas. Y Toni Cabal —ingeniero químico, alquimista moderno, poeta del aire— pertenece a esa estirpe que convierte una gota en un gesto y un acorde en una memoria suspendida. Hablar con él es entrar en un laboratorio que huele a disciplina, sí, pero también a infancia que vuelve, a un Mediterráneo de piel caliente, a un cuaderno donde cada palabra pesa lo mismo que una molécula. Hay artesanos que trabajan desde la intuición; Cabal, en cambio, convoca una suerte de razón sensorial que solo poseen quienes han vivido la perfumería desde dentro, desde el músculo y desde la mística.

Uno lo escucha hablar y entiende que lo suyo no es simplemente crear perfumes, sino traducir emociones. Ahí, en ese latido invisible, reside la esencia de su firma: una mezcla de rigor, libertad y deseo de verdad en un mundo saturado de fragancias que nacen sin alma. Toni responde sin ínfulas, pero con ese aplomo de quien conoce los engranajes y, al mismo tiempo, la absoluta fragilidad de un acorde bien resuelto.

Su universo es un territorio donde la técnica y la piel negocian en silencio; donde la narrativa manda, el origen importa, y el Mediterráneo —su Mediterráneo— se eleva a mapa emocional. Con él, uno comprende que un perfume no se lleva: se habita. Y que, quizá, la alta perfumería de autor no es tanto un lujo como una forma de resistencia.


— Toni, tu nombre está vinculado a una larga trayectoria en el mundo de la perfumería. ¿En qué momento decidiste que era el momento de crear tu propia firma?
Después de muchos años trabajando para distintas empresas del sector y crear Fragrance Science, sentí que había llegado el momento de tener mi propia marca, para poder crear sin ningún tipo de limitaciones.

— Hablas de fragancias como si fueran parte de una emoción, de un instante vivido. ¿Qué es para ti la inspiración a la hora de crear un perfume?
La inspiración me llega sin buscarla. Ante un paisaje, escuchando música, leyendo, conversando,… es ahí cuando tengo una idea y creo esa fragancia.

— En tus composiciones hay un equilibrio entre tradición y modernidad. ¿Cómo encuentras ese punto justo entre el laboratorio y la piel?
El profundo conocimiento técnico es fundamental para poder crear un perfume. Sin ese conocimiento y sin todo el soporte técnico de los departamentos de investigación, calidad, regulatory, etc, es imposible crear. Obviamente debes de tener capacidad creativa para poder imaginarte una fragancia, pero del justo equilibrio entre conocimiento técnico y creatividad, es de donde nacen las nuevas fragancias.

— La industria del perfume tiene mucho de alquimia y de intuición. ¿Cuál es tu proceso creativo cuando nace una nueva fragancia?
Siempre empieza con una inspiración, un momento…. La mayoría de las veces el perfume viene después del nombre, del concepto. Una vez tengo esa idea empiezo a construir la fragancia, sabiendo muy bien hacia donde me dirijo.

— ¿Qué importancia le das al origen de las materias primas y cómo eliges los ingredientes que forman parte de tus fórmulas?
Es fundamental. Conocer el origen y la calidad de cada materia prima lo es todo. Solo trabajo con ingredientes que he seleccionado por su altísima calidad: la bergamota italiana, la vainilla de Madagascar, el pachuli de Indonesia… Cada uno aporta una riqueza olfativa y una identidad que no se puede falsificar.

— En un mundo dominado por las modas efímeras, ¿qué lugar ocupa hoy la autenticidad en la perfumería de autor?
La perfumería de autor tiene la responsabilidad y el privilegio de crear desde la autenticidad, sin seguir tendencias dictadas por el mercado. El público lo percibe: un perfume auténtico tiene una resonancia distinta, conecta más profundamente.

— ¿Cómo ha evolucionado el consumidor? ¿Notas que ahora busca perfumes con más historia, con alma?
El consumidor de hoy es más curioso y más exigente. Já no le basta con que un perfume huela bien, quiere saber qué hay detrás, quién lo ha creado y de dónde vienen los ingredientes. Eso es muy positivo para quienes trabajamos desde la emoción, la calidad y la transparencia.

— Si tuvieras que definir el alma olfativa del Mediterráneo, ¿a qué olería para ti?
Para mí huele a luz, a sal en la piel, a romero creciendo salvaje en las costas, a cítricos recién cortados, a madera calentada por el sol. El Mediterráneo no es solo un paisaje; es una forma de vivir, de sentir.

— Muchos de tus perfumes tienen nombres evocadores. ¿Qué papel juega la narrativa, la palabra, en el proceso de creación?
La narrativa es clave. El nombre de un perfume abre una ventana emocional incluso antes de olerlo. Cuando el nombre, la historia y la composición van en la misma dirección, el perfume funciona y llega mucho más lejos.

— Fabricas también para otras marcas. ¿Cómo se equilibra esa faceta más discreta con tu propia voz como creador?
En Fragrance Science mi papel es poner mi experiencia al servicio de otras marcas, interpretar su identidad y ayudarles a expresar su propio universo. Es una faceta más discreta, sí, pero igual de gratificante. Ver lanzar al mercado un producto de una marca líder que lleva tu creación es una satisfacción enorme. Mi voz personal la reservo para mis perfumes de autor, donde puedo explorar sin límites.

— ¿Qué proyectos o lanzamientos tienes entre manos y qué te gustaría que el público sintiera al descubrir tu universo?
Siempre estoy trabajando en varios proyectos a la vez, tanto para mi marca como para otras firmas desde Fragrance Science. Muy pronto presentaré mi última creación. Me gustaría que el público sienta que ha encontrado el/los perfumes que más le identifican.

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