Kream nació en Barcelona en 2021, pero su espíritu se siente como un soplo de brisa veraniega que ha aterrizado con una misión clara: revolucionar la cosmética solar. Creada por tres amigos que un día de pandemia se dieron cuenta de algo muy simple —todos usaban la misma crema solar aburrida—, la marca ha logrado convertir un gesto rutinario en un momento estético, fresco y poderoso. Con su filosofía “Fun but Serious”, Kream combina fórmulas potentes, producción local y un diseño vibrante para seducir a una generación joven, convenciendo de que protegerse bajo el sol no solo es responsable, sino también un acto de estilo. En esta conversación con Alex, Rodés, su CEO, exploramos cómo nació la marca, qué la diferencia, cuál es su visión de lujo contemporáneo y hacia dónde van con sueños sostenibles y radicalmente veraniegos.
¿Cómo nació Kream y qué vacíos o necesidades queríais cubrir en el mercado actual?
La idea de Kream surgió una tarde de verano, en plena pandemia, cuando tres amigos —los socios fundadores— se dieron cuenta de que todos usaban la misma crema solar de siempre. Era un producto que cumplía su función, sí, pero no les decía nada. Ninguna marca les representaba ni les despertaba emoción. En ese momento nació la pregunta: ¿por qué un producto que usamos todos los veranos no puede ser algo más? A partir de ahí empezamos a observar cómo otras categorías, como la moda o el bienestar, habían conseguido conectar con un público joven gracias a su imagen y a su forma de comunicar. Vimos una oportunidad clara: crear una marca de protección solar que no solo funcionara, sino que inspirara. También destacamos que, en la categoría de aceleradores del bronceado, detectamos un vacío importante: muchos productos del mercado ofrecen resultados más perceptivos que reales, basados principalmente en un efecto cosmético inmediato y no en un verdadero aumento del tono natural de la piel. Nuestro enfoque fue precisamente cubrir ese hueco, desarrollando un producto con eficacia comprobada y resultados visibles. Esa diferencia, ofrecer resultados reales y medibles, es en parte lo que ha hecho que nuestro producto esté teniendo tanto éxito.
En un mundo saturado de marcas, ¿cómo se construye una identidad tan reconocible y coherente como la vuestra?
Creemos que la coherencia nace de tener muy claro quién eres y no intentar ser todo para todos. Desde el principio definimos un universo visual y verbal muy concreto: colores vivos, mensajes claros y una manera optimista de ver el verano. Cada decisión, desde el diseño del packaging hasta una publicación en redes, pasa por ese mismo filtro. Esa constancia es lo que nos ha permitido construir una identidad reconocible sin forzarla.
¿Qué papel juega la estética —el diseño, los colores, los materiales— en la experiencia de marca que ofrecéis?
La estética forma parte del alma de Kream. Nos gusta que los productos entren por los ojos antes incluso de usarlos. Por eso, cuidamos mucho los colores, las texturas y el diseño del packaging: queremos que te dé gusto tenerlo en la mano. No se trata solo de que sea bonito, sino de que te acompañe y forme parte de tu rutina diaria.
Detrás de cada producto hay una filosofía. ¿Cuál sería la de Kream en una sola frase?
Disfrutar del sol, pero cuidando la piel al mismo tiempo. Es decir, pasarlo bien, pero sin olvidar el cuidado y la responsabilidad que hay detrás de cada fórmula para mantener una piel cuidada.
¿Cómo entendéis el concepto de “lujo contemporáneo” dentro del universo Kream?
Para nosotros el lujo contemporáneo tiene más que ver con la autenticidad que con lo aspiracional. Es poder disfrutar de un producto que combina calidad, diseño y responsabilidad, sin que eso lo haga inaccesible. El lujo hoy está en los detalles bien hechos: una textura agradable, un olor que te transporte al verano o un packaging pensado al milímetro.
En vuestros procesos creativos, ¿qué pesa más: la intuición o la estrategia?
Ambas son igual de importantes. La intuición nos permite probar cosas nuevas y mantener la frescura, pero la estrategia nos da dirección. Nos gusta observar lo que pasa alrededor, escuchar a la comunidad y confiar en nuestro instinto, pero siempre con una base sólida detrás. Esa mezcla es la que nos mantiene en movimiento sin perder el norte.
La sostenibilidad ya no es un valor añadido, sino una responsabilidad. ¿Cómo la abordáis desde la autenticidad y no desde la tendencia?
En nuestro caso, la sostenibilidad no es una estrategia de comunicación, sino la forma natural en la que trabajamos. Todos nuestros productos se fabrican en Barcelona con packaging reciclable y procesos responsables. No lo usamos como reclamo, sino como parte de nuestra realidad. Creemos que la sostenibilidad auténtica es la que se integra en el día a día, sin tener que explicarla constantemente.
¿Qué sueña Kream para los próximos años? ¿Qué dirección creativa o vital os inspira hacia el futuro?
Kream sueña con seguir creciendo de la mano de su comunidad, pero sobre todo con ampliar su catálogo y ofrecer nuevos productos que la gente quiera repetir cada verano e incluso en su día a día casi sin pensarlo. Nos inspira la idea de convertirnos en ese pequeño ritual estival que acompaña, conecta y suma, año tras año.





