Habla con la serenidad de quien lleva años observando cómo caminamos mal. Juanjo López, traumatólogo deportivo y médico del tenista Carlos Alcaraz, ha pasado media vida corrigiendo lesiones que nacen —literalmente— desde el suelo. Su consulta, acostumbrada a ver pies deformados, fascitis plantares y posturas castigadas por zapatos que aprietan más de la cuenta, fue el germen de Mustang Free, la línea de calzado barefoot que ha desarrollado junto a la firma alicantina Mustang.
Su propuesta es sencilla y radical a la vez: volver a caminar como lo hacíamos de niños, sintiendo el suelo bajo los pies, recuperando una relación natural con nuestro cuerpo. Un gesto tan cotidiano —ponerse un zapato— se convierte así en una declaración de principios: la de quienes quieren moverse con libertad, sin artificios ni rigideces. En esta conversación con ESSENCEmag, Juanjo López explica cómo la ciencia y el diseño pueden convivir en un mismo paso, por qué la estética no está reñida con la salud y cómo el movimiento barefoot está transformando la forma en la que entendemos el bienestar.
Juanjo, eres conocido por ser el traumatólogo de deportistas de élite como Carlos Alcaraz. ¿En qué momento surge la idea de trasladar tu experiencia médica al mundo del calzado?
La idea de trasladar mi experiencia médica al mundo del calzado no surge directamente del deporte, aunque sí tiene una relación estrecha con él. Después de trabajar con el Real Murcia de Fútbol y con diferentes deportistas de élite, comprobé que en disciplinas donde el pie está ferulizado, como el fútbol, las deformidades son muy frecuentes, tanto en deportistas profesionales como amateurs. Son comunes los dedos en garra, los juanetes o las fascitis plantares, muchas veces provocadas por un calzado que no respeta la anatomía natural del pie. Esta misma problemática la veo también en la población general, especialmente en mujeres y en personas que desde niñas han usado zapatos inadecuados. Por eso, la idea nace en la consulta, al observar tantas deformidades que podrían haberse prevenido con un calzado adecuado.
El concepto “barefoot” apela a la naturalidad del movimiento. ¿Cómo definirías, desde tu perspectiva médica, lo que significa realmente caminar “descalzo” dentro de un zapato?
Nacemos descalzos, y aunque por motivos sociales y de confort —como evitar el frío— usamos calzado, lo ideal sería mantener la misma pisada que si fuésemos descalzos. El movimiento “barefoot” representa precisamente eso: caminar sin restricciones, con un pie libre, que conserva toda su movilidad articular. Este tipo de calzado nos permite sentir el terreno, percibir sus irregularidades y mantener una conexión real con el suelo. Esa sensibilidad mejora la adaptación del pie, optimiza la biomecánica de la pisada y, en general, favorece una mejor postura corporal.
¿Qué diferencias biomecánicas existen entre un calzado tradicional y un modelo “barefoot”? ¿Qué beneficios concretos aporta al cuerpo?
Las diferencias son muchas. El calzado tradicional tiene suelas gruesas y estructuras rígidas que reducen la sensibilidad del pie y su capacidad de estabilización. Perdemos así la propriocepción, esa conexión natural con el suelo que nos da equilibrio y control postural. El calzado barefoot, en cambio, tiene una suela fina, flexible y con forma anatómica, lo que permite que el pie mantenga su movilidad y funcione como fue diseñado. Entre los beneficios destacan la comodidad y la prevención de patologías como fascitis plantar, juanetes, dedos en garra o tendinopatías. Además, mejora la postura, la alineación de rodillas, caderas y columna, favoreciendo una biomecánica natural y saludable.
En un mundo donde el rendimiento y la estética parecen ir por caminos distintos, ¿cómo ha conseguido Mustang Free equilibrar salud y diseño?
Desde el inicio, uno de nuestros grandes objetivos fue lograr ese equilibrio entre rendimiento y estética. Hemos trabajado mucho en el diseño, incorporando embellecedores que no alteran la filosofía barefoot ni el concepto minimalista, pero que aportan una apariencia más tradicional y atractiva. Utilizamos hormas anchas —e incluso estamos desarrollando una extra ancha— para adaptarnos a todo tipo de pies. Con la línea Mustang Free hemos conseguido un calzado anatómico, saludable y, al mismo tiempo, estéticamente bonito, apto para cualquier ocasión sin que nadie perciba que se trata de un modelo barefoot.
¿Cuál fue el principal reto al trasladar un concepto tan técnico —y a veces mal entendido— al público general, a familias y niños?
El mayor reto ha sido, sin duda, la estética. Culturalmente asociamos un “calzado bonito” con punteras estrechas y formas poco anatómicas, por lo que cambiar esa percepción ha sido complicado. Ha sido un desafío explicar a las familias que la salud del pie pasa por usar calzado cómodo, de puntera ancha y que permita sentir las irregularidades del terreno. También hubo cierta resistencia en los talleres de fabricación, poco acostumbrados a producir zapatos tan anchos. Aun así, seguimos trabajando para normalizar que lo natural y lo saludable también pueden ser bellos, y que lo extraño no es el calzado ancho, sino el que oprime los pies.
Más allá del deporte, ¿crees que el barefoot puede convertirse en una filosofía de vida, una forma distinta de relacionarnos con el cuerpo y con la tierra que pisamos?
Sin duda, el barefoot ya es una filosofía de vida. Quienes lo adoptan suelen ser personas preocupadas por su salud, su alimentación, su descanso y su bienestar general. Muchas familias que apuestan por este estilo de vida también lo trasladan a sus hijos. España está siendo pionera en este movimiento, que se está expandiendo como una “mancha de aceite” por Europa y América. Estoy convencido de que esta filosofía transformará en los próximos años la manera en que entendemos la relación entre el cuerpo, el suelo y la industria del calzado.
¿Qué papel juega la educación postural en nuestra salud diaria? ¿Qué errores cometemos habitualmente al caminar o elegir calzado?
La educación postural es fundamental. Una mala postura, muchas veces originada por un calzado inadecuado, puede derivar en problemas tan comunes como el dolor lumbar, una de las principales causas de baja laboral en el mundo. Caminamos miles de pasos al día y, si lo hacemos con un mal calzado, podemos desarrollar patologías que incluso requieran cirugía. Por eso, la salud empieza por los pies. A la hora de elegir, debemos buscar un zapato cómodo y realizar una transición progresiva hacia el barefoot. Mustang Free incluye plantillas específicas para ayudar en ese proceso y fortalecer la musculatura del pie. Además, caminar sintiendo el suelo ayuda a mantener una postura más erguida y combatir la actitud cifótica —los hombros caídos hacia delante— tan común hoy en día.
Mustang es una firma con una fuerte identidad popular y mediterránea. ¿Cómo ha sido ese diálogo entre ciencia y marca, entre laboratorio y taller?
Ha sido un proceso de aprendizaje mutuo, casi una amistad forjada con el tiempo. Al principio hubo cierta resistencia, sobre todo por el cambio estético que implicaba, pero poco a poco el equipo fue comprendiendo la filosofía del proyecto. Hoy contamos con un grupo extraordinario de profesionales que creen plenamente en la propuesta. Todas mis exigencias en cuanto a flexibilidad, materiales y respeto por la anatomía del pie se han cumplido. De hecho, todo el equipo ya utiliza calzado barefoot; una vez lo pruebas, no quieres volver al tradicional.
Si tuvieras que resumir la esencia de Mustang Free en una frase, ¿cuál sería?
Sin duda, “More than Barefoot”. Porque Mustang Free no es solo un calzado barefoot más. Reviso personalmente cada modelo y realizo ajustes para asegurar que respete la naturaleza y autonomía del pie. Además, lo uso con mi familia, mis hijos y mis pacientes. Esa combinación de ciencia, salud y experiencia médica —tanto deportiva como infantil— hace que Mustang Free sea realmente más que barefoot.
Y una última curiosidad: ¿qué zapatos llevas tú en tu día a día cuando no estás en consulta o en pista?
En mi día a día siempre uso calzado barefoot: para caminar, hacer la compra, recoger a mis hijos o incluso operar en quirófano. La única excepción es cuando estoy con Carlos Alcaraz, ya que él tiene un patrocinio con Nike y, por compromiso profesional, en esos momentos utilizo su calzado. Pero fuera de eso, mi elección es siempre el barefoot de Mustang.





