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Hay gestos que definen un espacio. Encender una vela, por ejemplo, puede convertir una mesa en el escenario perfecto, una tarde cualquiera en un ritual íntimo. En los últimos años, el universo del aroma ha trascendido el territorio del perfume para adentrarse en nuestros hogares, y las velas aromáticas se han consolidado como un objeto de deseo que habita entre la belleza, el diseño y el bienestar. Ya no son simples complementos decorativos: son símbolos de estilo y de una forma de lujo silencioso.  Con la llegada de la Navidad —esa época en la que todo se llena de luz, textura y fragancia—, las velas cobran un nuevo protagonismo. En plena era de las redes sociales, parece haberse instaurado una especie de competición sana por ver quién logra la mesa más bonita, más original o más instagrameable. Hay quienes apuestan por mesas maximalistas, rebosantes de dorados y cristales; otros se inclinan por lo clásico, lo rústico o lo artístico. Pero hay una tendencia que se mantiene firme: el minimalismo cálido. Esa forma de decorar que celebra lo esencial, donde cada elemento tiene sentido y cada detalle cuenta. Y, entre esos detalles, ninguna pieza brilla con tanta sutileza como una vela bien elegida.  En este contexto, la casa francesa de perfumería Matière Première presenta su primera colección de velas aromáticas, una propuesta que eleva el arte de perfumar los espacios a una experiencia sensorial elegante y contemporánea. Fundada por Aurélien Guichard, maestro perfumista de 7ª generación y creador de algunas de las fragancias más aclamadas de la última década, la firma ha construido su identidad sobre un principio sencillo pero poderoso: cada perfume o vela gira en torno a una sola materia prima, tratada con la pureza y el respeto que merece. Esa filosofía, que combina artesanía, sostenibilidad y una estética minimalista inconfundible, se traslada ahora al universo del hogar.  Cada vela está elaborada con una mezcla de cera 95 % vegetal, una mecha de algodón BC-Cotton y se presenta en un vaso de cristal de Bohemia pulido a mano, pensado para durar y convertirse en un objeto de diseño atemporal. La colección incluye cinco velas, cada una dedicada a un ingrediente icónico y cultivado de forma responsable, que encarna el espíritu de la maison:   Rose de Mai Grasse Candle: un tributo a la emblemática rosa centifolia cultivada en los campos de Grasse, ciudad natal del fundador. Su aroma, delicado y natural, evoca los pétalos recién cortados al amanecer, con una suavidad que transforma cualquier estancia en un jardín en flor.

 

Vela Rose de Mai Grasse, de Matière Première. PVP: 85€ 

Tubéreuse Grasse Candle: floral, cremosa y envolvente, captura la esencia de la flor de nardo al anochecer. Es sensual y cálida, ideal para iluminar las noches de invierno con un toque sofisticado.
 
Vela Tubéreuse Grasse, de Matière Première. PVP: 85€ 

Encens Oman Candle: profunda y espiritual, combina el incienso de Omán con un toque balsámico y resinoso que invita al recogimiento. Perfecta para crear una atmósfera íntima durante las cenas navideñas.   
Vela Encens Oman, de Matière Première. PVP: 85€ 

Santal Australia Candle: un clásico reinventado. Su sándalo australiano desprende un aroma cremoso, casi aterciopelado, con matices amaderados y reconfortantes que envuelven el ambiente en serenidad. 
Vela Santal Australia, de Matière Première. PVP: 85€ 

Saffron Kozani Candle: luminosa y especiada, rinde homenaje al azafrán cultivado en Kozani, Grecia. Su aroma dorado y sofisticado aporta una calidez exótica, perfecta para quienes buscan una nota original en su decoración festiva. 
Vela Saffron Kozani, de Matière Première. PVP: 85€ 
Más allá de su impecable depurado diseño, estas velas destacan por su coherencia con la filosofía de Matière Première: celebrar la materia prima en su máxima expresión, sin artificios ni exceso. Cada vela quema con suavidad y deja en el aire una estela duradera, sutil y elegante.  En una temporada donde las mesas se convierten en escaparates de estilo, las velas de Matière Première aportan ese toque intangible que transforma la decoración en experiencia. Colocadas en el centro de una mesa minimalista, sobre una bandeja de mármol o junto a una vajilla contemporánea, crean una atmósfera que huele a calma, a luz y a sofisticación.  Este invierno, el lujo no está en la abundancia, sino en los detalles que hablan de autenticidad. Las velas de Matière Première no solo visten la mesa, sino que la llenan de alma. Porque la verdadera elegancia, como el buen perfume, siempre se reconoce por su esencia. 

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