“Fue en el año 1938 cuando hice la fotografía llamada La buena fama durmiendo. En ese momento era profesor en la Academia de San Carlos en la Ciudad de México. André Bretón estaba en la ciudad haciendo arreglos para una exposición de surrealismo en la Galería de Arte Mexicano. Un día, estaba haciendo fila para cobrar mi sueldo y recibí una llamada telefónica de alguien que hablaba en nombre de Bretón, quien no hablaba español. Esta persona indicó que Bretón deseaba que hiciera una fotografía para la portada del catálogo de la exposición. Sucedió que en el grupo que esperaba el sueldo había una modelo llamada Alicia que había posado en desnudo en mi clase Galería Blanca Berlín C/ Limón 28 Madrid blancaberlingaleria.com
de fotografía. Le pregunté si subiría a la azotea de la escuela para hacer una fotografía. Luego, en el mismo teléfono en el que había recibido la llamada de Bretón, hablé con un amigo mío, el Dr. Francisco Marín, para preguntarle si podría venir a la escuela a vendar a una modelo. El doctor pensó que debía ser algún caso urgente, y llegó con gran rapidez en su coche, con las vendas.
Mientras tanto, había enviado al vigilante de la escuela al mercado cercano, «La Merced», para compra unos «abrojos». Estos son espinas muy fuertes producidas por un tipo de cactus que crece en terrenos rocosos. En español «abrojos» significa «abre ojos» u ojos abiertos. Las espinas se llaman «abrojos» para recordar a uno que debe estar alerta, porque son muy afiladas y pueden penetrar la piel a través de los zapatos. Luego le pedí al vigilante que me prestara la manta que usaba por la noche. El doctor llegó. Vendó a la mujer y yo tomé la fotografía. Trabajé de manera muy repentina y muy rápida, obedeciendo un sentido de automatismo surrealista.”
Manuel Álvarez Bravo (Ciudad de México, 1902-2002), fundador destacado de la fotografía moderna mundial, es considerado su mayor representante en la escena latinoamericana del siglo XX. La mirada de este pionero seduce con sus retratos humanistas, con su aproximación curiosa hacia la condición femenina y su experimentación con la abstracción, el paisaje y la arquitectura.
A pesar de que existe una tendencia a encuadrar la obra de Manuel Álvarez Bravo como perteneciente al movimiento surrealista, el maestro mexicano lo desmintió una y otra vez a lo largo de su vida. “A menudo se confunde el surrealismo con lo fantástico, con la interpretación de la realidad’’. La poesía, la fina ironía, las asociaciones visuales, los títulos ocurrentes, cultos o
ingeniosos que caracterizan a este fotógrafo, han de considerarse como cualidades personales del artista, que por lo demás no dudó en reconocer abiertamente las influencias que recibió, en especial la de Eugène Atget o la del cubismo a través de Picasso.
Ahora, 95 años después de aquella exposición histórica para la fotografía en la galería neoyorquina de Julien Levy junto a Cartier-Bresson y Walker Evans y transcurrida más de una década sin que la obra de este gran innovador del lenguaje fotográfico haya sido objeto de una muestra en nuestro país, esta exposición rinde homenaje a uno de los nombres esenciales de la fotografía universal.

© Castro Prieto. Pavo gerente, Iquitos, 1999. Galería Blanca Berlín
La fascinación de Castro Prieto (Madrid, 1958) por Perú forma parte de su génesis como artista. El descubrimiento de Martín Chambi actuó como detonante para la realización de más de 30.000 tomas a lo largo y ancho del país andino. Señala Alejandro Castellote que este autor conjuga en sus imágenes la dialéctica pictórico-documental. Partiendo de una imaginería propia del documentalismo, es a través de una prodigiosa técnica de la óptica y del laboratorio como finalmente obtiene unas impresiones que llevan su inconfundible sello. En esta muestra, que recoge lo más esencial de la antología peruana del fotógrafo, podemos apreciar una atmósfera irreal y mágica que es resultado, precisamente, de su lúcida destreza en el manejo del desenfoque selectivo a partir de una cámara de gran formato. Economista de formación, ha recibido numerosos reconocimientos, entre otros, el Premio Nacional de Fotografía 2015. En la actualidad compagina el desarrollo de sus proyectos personales con colaboraciones para publicaciones internacionales.
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