Virginia del Barco soñó con ser bailarina, pero cambió el escenario por los espacios habitables. Hoy, desde IDEO Arquitectura, dirige su propio ballet de formas, ritmos y silencios. Sus proyectos respiran humanidad y calma, fusionando la precisión técnica con la emoción. Burgalesa, sobria y poética, defiende una arquitectura que no solo construye, sino que acompasa la vida. Frente a la inmediatez y la inteligencia artificial, ella apuesta por el humanismo, los materiales nobles y la emoción como materia prima.
¿Cómo nace IDEO Arquitectura y cómo entraste tú en esta aventura?
Mi padre fue promotor inmobiliario en una época de su vida que coincidió cuando yo debía elegir qué estudiar. Al ver las maquetas y las charlas profundas que tenía con arquitectos me dejé seducir. Entonces vi con alegría mi futuro en la profesión. Desde niña quería ser bailarina y coreógrafa. Recuerdo que pensé. Tal vez hacer arquitectura sea como hacer coreografías. Hacer mover a las personas en un escenario con un ritmo, color, vestuario y música, en realidad se parece bastante a mi profesión. Tanto el coreógrafo como el arquitecto dirigen equipos y procesos donde intervienen muchas disciplinas con un único fin. Lo que para el primero son personas, para el segundo son espacios que, a la vez, habitarán esas personas. Lo que para el primero es vestuario, música, focos, para el segundo son estructuras y materiales de construcción. Pero los dos deben pensar en el color, la luz, el tiempo. Entonces vi que tenían mucho en común y que podría ser una alternativa estupenda a la danza, mi verdadera vocación desde niña.
¿Qué significa para ti ser arquitecta hoy, en un momento en que los espacios están cambiando tanto?
Desde mi punto de vista, un arquitecto hoy no debe especializarse porque todo cambia muy rápido. Debemos estar muy atentos a la tecnología. Pero también veo que debemos ser más locos en el sentido de ser más artistas que arquitectos porque la tecnología se va a encargar más que nunca de la parte técnica. La IA ya hace absolutas maravillas. No podemos negarlo, y es posible que por muy creativos que seamos, no superemos el potencial de la IA. Pienso mucho sobre ello y me hago la siguiente pregunta. ¿Nuestra profesión de verdad va a morir? Tal vez, o tal vez compitamos con la IA como uno más. Yo lo acepto sin miedo. Pero esta reflexión me lleva de modo instintivo a una única salida; ser más humanistas que nunca. Estudiar más a fondo otras áreas del conocimiento como la filosofía, ecología, medicina, sicología y música… Leer y comprender mejor el mundo tan cambiante observándolo con calma. Desde hace un tiempo decidí desacelerar. Es decir, coger menos proyectos y que duren más tiempo antes de comenzar la obra. Trato de conocer al cliente mejor antes de hacer una propuesta de diseño. Quiero saber cómo piensa tomando más de un café, observo cómo habita en familia, pregunto por lo que lee y escucha, dónde viaja, vamos a una charla juntos, a una exposición de arte… Y la idea surge desde la paciencia y la escucha activa. Luego todo es más sencillo.
¿Hay una idea o filosofía que guíe todos vuestros proyectos en IDEO?
Por supuesto, el uso de materiales naturales y locales, la reutilización y la alta eficiencia energética con implementación de nuevos materiales de la bioconstrucción como el cáñamo. Pero sobre todo, me mueve por encima de estas premisas, que cada proyecto sea una pieza única y diferente al resto, como diferentes son cada uno de los clientes que confían en mi mano. Eso se puede comprobar en el resultado final de cada uno de mis proyectos. Todos son distintos.
Soy de Burgos, castellana vieja. Y por ello tal vez haya un hilo conductor en todo mi trabajo que habla de sobriedad, de contención y sencillez.

¿Qué papel juega la sostenibilidad en vuestro trabajo?
Es esencial. Ya no hay vuelta atrás. Las normativas europeas cada vez son más estrictas en este sentido y todos los involucrados, promotores, arquitectos y constructores debemos cumplir. Aunque muchos renieguen. En breve, por ley, un porcentaje de los materiales que usemos en cualquier proyecto, de nueva planta o no, tendrá que venir de otras obras de derribo. Por ejemplo. En mi caso, no convivo con la idea de utilizar materiales que no sean naturales. Estudiamos muy bien antes de comenzar, la orientación, los vientos, la humedad del ambiente. Tenemos que aprender mucho del locki porque en la sabiduría de nuestros ancestros se ancla la sostenibilidad. Cada lugar exige unas maneras de hacer. Además, por supuesto tratamos de utilizar las tecnologías de alta eficiencia energética que hacen el balance perfecto.
¿Cuál es el proyecto que mejor refleja el espíritu de IDEO Arquitectura?
Can Monges fue la primera vivienda que hicimos en Mallorca con criterios de sostenibilidad. Le debo mucho porque me dejó ensayar con nuevos materiales y conceptos como la reutilización y el reciclaje. Y sobretodo me permitió usar el cáñamo con éxito: fuimos pioneros en eso en las islas, y prácticamente en toda España en el uso de este material de construcción. Mallorca, como cualquier isla, tiene un gran problema de humedad y es muy dificil eliminarlas. Después de cuatro años, he visitado la vivienda en varias ocasiones y puedo decir que funciona.
La “mesa Lacan” de nuestra oficina es lo más puro que he diseñado. Lo más yo. Una tapa de vidrio apoyada sobre unas barras de acero reutilizado habla de fragilidad del alma. En oposición, unas gruesas patas realizadas con cal y pigmentos y hechas a mano por mi equipo sujetan con fortaleza la superficie de cristal. La bella y la bestia en estado lírico.
¿En qué detalles crees que se nota la diferencia entre una arquitectura buena y una memorable?
Para que sea memorable como el Panteón o un pequeño refugio en el bosque, no solo tiene que ser bella y funcional. Además, tiene que rasurar el alma, es decir, tocarnos y dejar huella en el recuerdo. Eso lo consiguen muy pocas obras en la Historia de la arquitectura. Muy pocas. Es a lo que aspiramos todos los arquitectos, y por ello nos obsesionamos con las ideas, pero se escapa a nuestras manos conseguirlo.
¿De dónde sueles sacar inspiración cuando te bloqueas en el proceso creativo?
Louis kahn es mi padre en la arquitectura. Siempre hablo con él a través de sus proyectos y encuentro el camino. Saco inspiración de la tradición siempre releyendo los valores de la Historia para traerlos al presente con una nueva lectura contemporánea. Busco en la arquitectura popular donde construyo, visito canteras y artesanos de cada sitio, hablo con los viejos…
Pero por encima de todo el verdadero desbloque radica en el sueño y el aburrimiento. A veces me pasa que cuando estoy detrás de esa idea feliz y no la encuentro trato voluntariamente de aburrirme. De no hacer nada. Hasta el punto de que me provoca ansiedad ese estado, que llega cuando el pensamiento está desocupado, vacío, limpio. Es raro y no es fácil de explicar, pero solo entonces es cuando mi mente está lista para la acción. Pueden pasar días así y de repente, me levanto y me pongo a dibujar durante horas lo que se estaba cociendo de una manera inconsciente.
¿Cómo es la dinámica de trabajo dentro de un estudio como el vuestro?
Siempre les digo a mis clientes cuando se interesan en mi trabajo que en IDEO se cuece a fuego lento, como te he explicado antes. Podemos estar casi un año con un proyecto antes de iniciar la obra.
Cuando considero que me he acercado un poco a su modo de ver la vida, entonces comenzamos a dibujar sobre plano atendiendo, primero a la distribución y más tarde me encierro hasta encontrar la idea feliz. Cuando lo consigo entonces reúno a mi equipo, les explico mi visión, y comenzamos a desarrollar la idea. Entonces el estudio se llena de maquetas, materiales, dibujos, collages. Hacemos todo lo que sea necesario para poder presentar al cliente nuestra propuesta de la manera más clara posible.
Si has trabajado a fondo en conocer al cliente, siempre aciertas. A partir de ese momento, y con presupuesto en mano, desarrollamos el proyecto constructivo. Es decir, buscamos cómo hacer realidad esa idea feliz. Atendemos al detalle constructivo con obsesión hasta encontrar la solución perfecta de cada acabado.
¿Qué retos y oportunidades ves ahora mismo en el sector de la arquitectura en España?
No pienso mucho en ello. Pero me doy cuenta de que, desde la pandemia, y con la ayuda de las redes sociales, que enseñan a mucha más gente que antes una arquitectura de gran calidad, las personas han mirado para adentro y se han hecho la siguiente pregunta. ¿Por qué gasto tanto en viajes o ropa cuando mi casa podría ser mejor lugar donde vivir? Es probablemente el espacio donde mayor tiempo pasamos. Las redes les enseñan espacios increíbles donde casi siempre hay un profesional detrás. Y muchos por primera vez, contratan nuestros servicios. Se han dado cuenta del valor del arquitecto que es capaz de llevarles de la mano con coherencia en lo que quieren para su casa. Ahora encuentran valor donde antes, ni siquiera existía.
Si tuvieras que definir en una frase lo que queréis aportar con IDEO Arquitectura, ¿cuál sería?
Me obsesiona la perfección del detalle arquitectónico. Puedo perder muchas horas o días diseñando el pasamanos de una barandilla, el desagüe de un lavabo, o la carpintería de una ventana. Siempre busco una lectura nueva con cierta dosis de sofisticación que no se haya visto antes. Así que, valga la vanidad, me gustaría que hablaran de mí como la arquitecta exquisita.
Descubre más proyectos de Virginia del Barco en IDEO: https://ideoarquitectura.com/PROYECTOS-MENU
Retrato. @DianaMae.
Proyectos.
Can Monges, @salvalopez
Casa blanca, casa en palacio y pastelería rosa. @imagensubliminal
Mesa Lacan. @arthurribeiro
Latelier Barcelona @josehevia





