La llamada ‘generación TikTok’ ha dado un vuelco al universo de la perfumería de autor: compra fragancias únicas, conoce marcas exclusivas y habla de notas olfativas con la misma naturalidad con la que comenta series o tendencias virales. Los jóvenes son hoy el motor de crecimiento del sector niche, según los expertos.

Byron, firma francesa de perfumes artísticos, encarna a la perfección este nuevo espíritu generacional. Su propuesta es atrevida, inclusiva y emocional, con composiciones intensas que rehúyen lo previsible. La marca responde al apetito de la Gen Z por diferenciarse y por explorar fragancias que se viven como un accesorio de identidad, casi como una ‘skin digital’ que acompaña cada mood.

Mientras en ferias como Pitti Fragranze se imponen los gourmands sofisticados a base de chocolate, macarons o limón glaseado, Byron va más allá con creaciones que cruzan lo dulce con lo amaderado y lo especiado, apostando por la fusión cultural y la libertad creativa.

‘La Gen Z busca autenticidad, narrativas que le hablen de verdad, no clichés’, explican desde la casa. ‘Nuestros perfumes funcionan como relatos líquidos, diseñados para quienes viven entre lo físico y lo digital y entienden la fragancia como una extensión de su yo híbrido’.

Con este lenguaje directo y sin concesiones, Byron se alinea con la primera generación que ha hecho del perfume un espacio de conversación masiva y de autoexpresión radical.

La explosión olfativa de la Gen Z

  • Los datos lo revelan: el uso de fragancias entre la población Gen Z creció recientemente cinco puntos porcentuales, alcanzando un 83 % de penetración, según estudios de mercado. Las ventas de perfumes de lujo también se han disparado (por ejemplo, el mercado de fragancias de prestigio creció un 13 % interanual en algunos territorios).
  • El comportamiento olfativo de esta generación ha roto viejas reglas: ya no se busca una fragancia ‘para toda la vida’. En cambio, se arma un guardarropa aromático: perfumes diferentes para distintos estados de ánimo, ocasiones o emociones.
  • Surge un fenómeno bautizado como ‘smellmaxxing’, especialmente visible entre hombres jóvenes: superponer fragancias, jugar con capas olfativas y aspirar a ‘olfato máximo’ como una forma de autoexpresión.
  • Las microtendencias, virales y efímeras (gracias a TikTok, Instagram y otras redes) se combinan con el gusto por lo accesible: sets de muestras o mini formatos permiten experimentar sin comprometerse, algo fundamental en esta generación con ciclos de atención cortos.
  • El interés en valores más allá del aroma (ética, transparencia, sostenibilidad, narrativa auténtica) se ha vuelto decisivo. Quienes compran perfume hoy quieren saber de dónde vienen las materias primas, quién está detrás del frasco y cuál es la historia del aroma.

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