En la cocina de Yong Wu Nagahira, los nigiris son las auténticas estrellas y sus fieles lo saben bien. Este bocado elaborado con el mejor producto refleja su técnica impecable y una cocina que fusiona con naturalidad la esencia de Japón, el chic francés y la pasión española, fruto de su periplo vital. Algo que le ha convertido en referencia de la nueva cocina japonesa de la capital. Como regalo a sus clientes habituales, el chef ha ideado una selección especial de esta pieza en formato menú con algunos de sus grandes clásicos y nuevas creaciones concebidas en exclusiva para esta experiencia, que irán cambiando al ritmo de su inspiración. La propuesta se compone de doce nigiris: tres clásicos que rinden homenaje a la pureza del producto y la técnica; tres fusionados que reflejan sus influencias internacionales, como el de pez mantequilla con miso dulce flambeado; tres piezas inéditas que muestran su faceta más creativa, entre ellas el de berberecho con lima y aceite de yuzu; y tres nigiris de temporada, como el jurel shimesaba con jengibre y sésamo, que varían en función del mercado y la estación.

La cuidada selec ción de sakes y vinos de Ikigai Velázquez ofrece
la posibilidad de acompañar cada bocado con un maridaje especial y
ha sido pensada para resaltar las sutilezas de cada nigiri y redondear la experiencia, invitando al comensal a dejarse guiar por las recomen
daciones de la casa o a descubrir nuevas armonías por sí mismo.

En Ikigai Velázquez, la experiencia trasciende lo gastronómico. La barra de sushi abierta permite al comensal contemplar el trabajo preciso de los sushiman y participar en una narrativa donde cada pieza se prepara y se sirve en el momento justo. El espacio, que conserva la arquitectura original del prestigioso arquitecto Noldi Sherck, traslada al Nueva York de los años 80 con un ambiente cosmopolita y acogedor de paredes curvas y techos abovedados. El escenario perfecto para una velada acompañada de la gastronomía del chef.

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