El 8 de mayo resonó, una vez más, desde la logia exterior de la basílica la fórmula tradicional en latín Annuntio vobis gaudium magnum, seguida de los primeros aplausos de la multitud congregada en la Plaza de San Pedro tras la fumata blanca y los festivos repiques de las campanas con el Habemus Papam. Poco después, León XIV se presentó al mundo, vestido con los ornamentos papales, y saludó a los fieles.

Saverio Gaeta nos muestra en profundidad al nuevo pontífice, recorriendo las etapas que lo condujeron hasta la silla de Pedro, abordando uno a uno los temas principales de su actividad episcopal, analizando sus discursos públicos y ayudándonos a comprender qué significa suceder al papa Francisco I, cómo enfrentar las problemáticas que ha heredado y guiar a la Iglesia hacia el futuro. En esta charla nos avanza alguna de las claves que podemos encontrar en su libro, el primero que se publicó en español tras la elección del pontífice, dos semanas después. Tiempo récord para un periodista que conoce bien la figura del cardenal Prevost, hoy Papa León XIV.

¿Qué le ha llevado a centrarse en el Papa León XIV en este nuevo libro?

El interés esencial de cualquier vaticanista es la figura del Papa. La oportunidad de ser el primero en contar al mundo en un libro la biografía del nuevo Pontífice fue emocionante y la aproveché sin dudarlo. Obviamente, este mes ya había comenzado a escribir un borrador sobre todos los desafíos que el Papa Francisco dejó como legado a su sucesor y a preparar amplios calendarios para los llamados «papabili», es decir, los cardenales con mayor número de autorreferencias que podían ser elegidos por su cofradía en el Cónclave. ¡Y cuando Robert Francis Prevost fue elegido, fue pronto!.

¿Cómo describe su perfil espiritual y pastoral?

Se graduó en Ciencias Matemáticas, Teología y Derecho Canónico, pero luego, en lugar de ir a enseñar a la Universidad, como habría sido natural, optó por ser misionero entre los pobres del Perú. Después de doce años en Roma como director general de los Agustinos, regresó al Perú como obispo. Por lo tanto, su capacidad pastoral maduró verdaderamente «sobre el terreno», en las muchas dificultades y alegrías del compromiso directo, y su espiritualidad se basó en la enseñanza de San Agustín, quien instaba a sus monjes a tener «unidad de mente y corazón».

¿Qué distingue a León XIV de sus predecesores inmediatos?

Es el Papa quien posee el currículo más extenso y completo de toda la historia de sus 266 predecesores, no solo de los inmediatos. No hace falta «estudiar» para comprender las diversas situaciones actuales, tan complejas y delicadas, porque ya las conocía gracias a todas las visitas realizadas a los hermanos agustinos, presentes en 50 naciones de cada continente, y a los coloquios y expedientes que caracterizaron sus últimos años en el Dicasterio para los Obispos. Por lo tanto, cuando hoy habla al mundo entero, en sus discursos públicos o contra los líderes políticos, está en grado de expresar con claridad y lucidez el pensamiento y los auspicios de la Iglesia católica.

¿Qué señales ve en los pocos días de su pontificado que indiquen un punto de inflexión en la historia de la Iglesia?

Como siempre con cada relevo entre Papas, se trata de una sola vez en la continuidad. León planteó cuestiones de estética, así como de fondo. Por ello, inmediatamente después de su elección, decidió residir en el Palacio Apostólico, con todos los parámetros clásicos del pontificado, y dio entonces un nuevo impulso al compromiso de la Secretaría de Estado del Vaticano y de la Curia Romana, que había sido algo relegado por su predecesor.

¿Cómo ha reaccionado el mundo eclesial ante la elección de este Papa?

En general, me parece una reacción muy positiva. La claridad de la enseñanza que se ofrece en sus intervenciones públicas y privadas ha restaurado plenamente la imagen de un Magisterio capaz de dar respuestas eficaces a todas las expectativas de los fieles.

¿Cuáles son los principales desafíos que León XIV debe afrontar en este momento?

Sin duda, el de poner el anuncio de la fe en el centro de la acción en un mundo donde la ciencia y la tecnología parecen no necesitar ya de Dios. Y promover la autoridad moral de la Santa Sede, que si se ha establecido en los últimos años, para poder interactuar con los grandes del mundo a pie título, en la diversidad del ritmo y de los derechos humanos.

¿Qué papel ocupan los fieles y los jóvenes en su visión del futuro de la Iglesia?

Un rol esencial. Lo demostró ya en estas primeras semanas en los discursos que propuso en cada circunstancia, invitándonos a profundizar en nuestro camino de fe y nuestro compromiso con las más diversas realidades eclesiales, y en numerosos encuentros públicos donde quisimos saludar al mayor número de personas posible, tanto durante el recorrido en el papamóvil como caminando por el Aula Pablo VI y la Basílica de San Pedro.

¿Cuál es el mensaje clave que tu libro transmite al lector creyente y a quien no lo cree?

Lo que, en el fondo, el Papa Prevost lanzó desde el primer momento en que se presentó en la Logia de San Pedro: que la cristiana es una experiencia de belleza y no hay que tener miedo de intentar abrir el corazón a Jesucristo y al mensaje del Evangelio.

¿Cuáles son los avances que deberá afrontar con respecto al papel de la mujer en este pontificado?

Sin duda, continuará la valoración de la mujer, iniciada en la última década, desde Juan Pablo II. Salvo el sacerdocio femenino, que la Iglesia no considera posible adoptar, todo lo demás en la Iglesia es posible. Por lo tanto, no veo ninguna restricción por parte del Papa Prevost.

DUOMO EDICIONES | Rústica con solapas
Fecha de publicación: 19 de mayo de 2025
Traducción: Ana Ciurans, Consuelo Gallego, Noelia Pousada

Colección: Nefelibata
Páginas: 176
Precio: 13,90€
ISBN: 9791387574239

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