En el verano de 1937, en la glamorosa Costa Azul francesa, el aristócrata parisino y perfumista autodidacta Albert Fouquet conoció a un joven estudiante estadounidense que recorría Europa en descapotable: John F. Kennedy. Fascinado por la fragancia que llevaba Fouquet, JFK recibió al día siguiente una muestra acompañada de una nota que decía: “En este frasco encontrarás el toque de glamour francés que le falta a tu personalidad americana”.

De regreso en EE. UU., Kennedy escribió a Fouquet solicitando “ocho muestras, y si tu producción lo permite, otra para Bob”, en referencia a su hermano Robert. Así nació el nombre del perfume: Eight & Bob. La fragancia se convirtió rápidamente en un secreto a voces entre las élites de Hollywood, cautivando a figuras como Cary Grant y James Stewart.

La fórmula original, creada por Fouquet con la ayuda de su mayordomo Philippe, incluía una planta silvestre llamada “Andrea”, recolectada en los Andes chilenos y utilizada como esencia central de la fragancia . Tras la muerte de Fouquet en 1939 y el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Philippe continuó produciendo el perfume en secreto, ocultando los frascos en libros huecos para evitar su confiscación por los nazis.

Décadas más tarde, la familia de Philippe recuperó la fórmula y relanzó Eight & Bob, que hoy se presenta en un elegante estuche con forma de libro, en homenaje a su historia. La fragancia, de carácter amaderado y especiado, combina notas de salida de cardamomo, jengibre, limón y bergamota; un corazón de cedro, madera de gaiac, avellana y ládano; y un fondo de ámbar gris, vainilla, sándalo y pachulí .

Eight & Bob es más que un perfume: es una leyenda olfativa que encapsula la elegancia atemporal y el encanto de una época dorada.

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